A comienzos de enero de este año, analizando los datos de la economía, dijimos que había terminado la recesión. Y así fue. Dijimos que la economía estaría cada mes un poco mejor. Y así es. En el primer trimestre, la economía creció 1,1% respecto del cuarto trimestre de 2016, lo cual representa una tasa anualizada de más de 4%. El consumo creció a un ritmo anualizado del 5,7% respecto del último trimestre de 2016.
Hoy, con los datos disponibles, podemos afirmar que la economía seguirá creciendo, no sólo este año, sino también en 2018 y 2019. La economía se ha puesto en marcha sobre bases sólidas, ya que este crecimiento no se basa en atrasar el tipo de cambio o las tarifas de los servicios; tampoco en saquear las reservas del Banco Central ni en consumirnos el capital acumulado con esfuerzo por la sociedad.
Un país crece cuando aumenta su capacidad de producir bienes y servicios. Esto ocurre cuando se invierte en capital físico, tanto en máquinas, edificios o infraestructura, como cuando aumenta el capital humano de sus trabajadores con mejor educación. También ocurre cuando innovamos en los procesos productivos o en la forma de organizar nuestra actividad económica. Es lo que está sucediendo ahora: en el segundo trimestre que acaba de terminar, la inversión mostrará tasas de crecimiento interanuales de dos dígitos. La economía crecerá este año algo más de 3%, y a fin de año la tasa de crecimiento interanual será cercana al 5%. Este patrón de crecimiento dejará un fuerte arrastre de crecimiento para 2018, lo que hace que nuestras proyecciones para 2018 sean de 3,5%, y de 4% para 2019.
Necesitamos seguir invirtiendo en infraestructura, porque muchas de las áreas que serán rentables en esta Argentina normalizada que estamos construyendo necesitan obras imprescindibles y para ello tenemos el programa de infraestructura más ambicioso de nuestra historia contemporánea. Ese programa solo es posible gracias a que hemos bajado el costo de la obra pública en un 40% respecto de lo que costaba en el gobierno anterior.
La revolución que ya está ocurriendo en el área de transporte cambiará la anatomía del país. Se está trabajando para restablecer la producción energética. También en programas sectoriales como el que se hizo para el área de Vaca Muerta, los cuales buscan bajar los costos productivos removiendo rentas e ineficiencias. Está en elaboración una reforma tributaria, la cual no debe perturbar la búsqueda del equilibrio fiscal. El objetivo principal de la reforma es el de mejorar la eficiencia tributaria.
Comienza un nuevo ciclo en la Argentina, por Nicolás Dujovne.