Julio María Sanguinetti dixit.
"No soy católico y me abstengo de mirar al Papa desde esa perspectiva. La suerte de la Iglesia, sin embargo, no me es indiferente. La deseo fuerte y activa para defender la libertad individual, los derechos humanos en todas sus dimensiones, el sistema democrático y una economía dinámica y moderna que -regulada por reparadoras leyes sociales- genere riqueza para poder distribuir. Es desde ese ángulo que se nos ha ido debilitando la esperanza en un Papa latinoamericano que estuviera en la vanguardia de nuestro tiempo, lejos de anacrónicas visiones populistas, incompatibles con una globalidad científica que reclama tanto voces de aliento como propuestas de racionalización.
Pese a todo, todavía esperamos."
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