"Borges encabezó intelectualmente el individualismo antinazi en Argentina, en oposición a la línea jauretchiana y proto peronista, que favorecía la neutralidad, cuando no el filo nazismo. Los textos antinazis de Borges, como Anotación al 23 de agosto de 1944- “el grado físico de mi felicidad cuando me dijeron la liberación de París”- deberían formar parte de cualquier antología recordatoria de aquel tiempo en que se debatió la suerte del planeta: los escribió en la coyuntura, sin temor ni reparos. Desde entonces y hasta hoy, esa era la posición definitoria para un intelectual: quienes asumieron un bando o el otro, definieron su destino. Luego, cuando en los sesenta la locura guevarista asoló América Latina, otra vez Borges salió al rescate del valor de la vida, del verdadero coraje, de la libertad. Cuando la muerte de Guevara de la Serna Lynch, en octubre del 67, un insolente quiso interrumpir la clase de literatura inglesa de Borges, para rendirle pleitesía al fallecido. Como Borges no se arrodillaba ante nadie y decidió seguir dando su clase, el inquisidor lo amenazó con cortarle la luz. Borges replicó: “He tomado la precaución de ser ciego esperando este momento”.
Copiado de Borges en su ciudad de Marcelo Birmajer
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