El populismo privilegia el corto plazo, el consumismo, la alegría de los votantes, por encima del largo plazo, de la inversión y el consumo sustentable. Con esas prioridades, todo aquello vinculado con infraestructura se posterga y se permite su deterioro hasta el límite. Cuando ello sucede, lamentablemente, el populismo mata. Y luego de matar, se retrae en busca de una “tregua”. Intenta una solución de compromiso. A veces, anunciando inversiones, donde antes no había puesto un peso. A veces, incorporando al sector privado, donde antes estaba el Estado. A veces, estatizando donde antes predominaban los contratos con el sector privado. Y como un asesino serial, una vez recompuesto algo el capital destruido, vuelve a las andadas, descapitalizando las nuevas inversiones, y ajustando por calidad el servicio. Vuelve a matar, y vuelve a empezar.Y el populismo sigue matando, de Enrique Szewach.
viernes, junio 21, 2013
El populismo mata...
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