domingo, diciembre 11, 2011

Historia para dividir y dividirnos

Una bienvenida ola de protestas ha despertado la creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico. Simplemente es un abuso de poder que desde el gobierno -cualquier gobierno- se consagre de modo oficial una corriente historiográfica particular y se imponga un derrotero académico de específica reivindicación de ciertas figuras históricas, en obvio desmedro de otras.

Un acto de esta naturaleza se inscribe en esa patología tan difundida de usar el pasado con fines políticos presentes, mediante una visión en blanco y negro entre buenos buenísimos y malos malísimos.
(...)
La historia debe hoy ser respetada para comprender mejor nuestros procesos, para reconocer por qué somos como somos y no para reinstalar esquemas que nos enfrentan. Mucho ha avanzado la historiografía. San Martín no precisa reivindicación. Artigas tampoco, ni aun en la Argentina, desde que Félix Luna lo ubicó como caudillo fundacional del federalismo. Los imperios de entonces no son las potencias de hoy. El estudio de nuestras sociedades ha enriquecido notablemente en los últimos años la mirada del pasado. Dejemos, entonces, a la historia en su ámbito. Dejémosla en la academia y en el debate abierto, en la investigación y en nuestra búsqueda constante de explicaciones e inspiraciones. Pero no la usemos desde el Estado para dividir y dividirnos.
De Dorrego al Uruguay de hoy,
artículo de Julio María Sanguinetti,
ex Presidente de Uruguay

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