No vi aún las cien mil hectáreas de Rodríguez Larreta y sus hoteles en la Patagonia, ni tampoco me encontré en La Rosadita con María Eugenia Vidal fumándose un habano. Y en cualquier caso, aunque así fuera, no es este un juego de cartas en el que un delito emparda al otro.
Lanata en La secta acorralada.
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