¿Se vienen tiempos mejores? Puede ser. Siempre y cuando estemos dispuestos a llevar adelante una idea cuyos frutos no lleguemos a ver. Como los tipos del Congreso de Tucumán o la generación de 1880. Quizás, algo parecido a lo que hizo Sarmiento: otra epopeya educativa.
Pensar y construir el futuro para que, cuando el futuro se transforme en presente, tengamos un país mejor.
Vamos, la esperanza es lo último que se pierde. Estamos a tiempo. Visto desde lejos, doscientos años no es nada. Esto recién empieza.
Feliz cumpleaños Argentina. Pese a todo, es un placer vivir en vos.
Copiado de Doscientos años no es nada, de Alejandro Borensztein.
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