miércoles, julio 16, 2014

Sobredosis de confianza


Todo empezó, tal vez, con un hincha adaptando la letra de la canción bajo de la ducha. “Brasiiillll decime qué se sienteeeeee, tener en casa a tu papáaaaa…” Pero,
¿Su papá? ¿Alguien que sólo ganó dos Mundiales le dice al único pentacampeón que es su papá? Y todo porque en el Mundial de 1990 Maradona se inventó una gran jugada contra Brasil que culminó en gol y el partido terminó 1 a 0 para Argentina. Que después Argentina perdiese aquel Mundial no parecía importante. Que después de aquel partido Brasil ganara el Mundial de EE UU en 1994 mientras el papá era apeado en octavos, tampoco; que Brasil disputara la final de 1998 mientras Argentina se quedaba en cuartos no parecía reseñable; que Brasil ganase el Mundial de 2002 mientras el papá era eliminado en la primera ronda, no venía a cuento.  

(...)

¿A qué se debe esa sobredosis de confianza tan necesaria en el fútbol? Dicen que va en los genes. ¿Y por qué? Hay muchas respuestas. Pero vamos a quedarnos con la que aventuró uno de los argentinos más ilustres, Domingo F. Sarmiento en su Facundo, allá por 1845, cuando la nación apenas llevaba 30 años en el mundo: "Este hábito de triunfar de las resistencias, de mostrarse siempre superior a la naturaleza, desafiarla y vencerla, desenvuelve prodigiosamente el sentimiento de la importancia individual y de la superioridad. Los argentinos, de cualquier clase que sean, civilizados o ignorantes, tienen una alta conciencia de su valer como nación; todos los demás pueblos americanos les echan en cara esta vanidad, y se muestran ofendidos de su presunción y arrogancia. Creo que el cargo no es del todo infundado, y no me pesa de ello. ¡Ay del pueblo que no tiene fe en sí mismo! ¡Para ése no se han hecho las grandes cosas!”.
Copiado del artículo Esa locura tan argentina, de El País de España.

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