Ya desde hace tiempo Chile tiene un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, además de con otros países. Los beneficios para Chile del TLC con China han sido varios:
- disminuyeron los precios de artículos electrónicos, ropa y automóviles;
- ha permitido a la minería lograr exportaciones históricas al gigante asiático;
- hubo un aumento considerable en los envíos de frutas frescas,
- pero sobre todo tener la llave de entrada a un mercado de 1.300 millones de habitantes.
- grandes empresas han sido beneficiarias hasta ahora, aunque las pymes se están integrando.
En agosto de 2006, Chile celebraba la promulgación del TLC con China, concretando un paso importante para la tramitación definitiva del que era considerado un acuerdo trascendental para nuestra economía, que finalmente vería su entrada en vigencia en octubre de ese mismo año. Seis años después, nuestro país puede sacar cuentas alegres de esta decisión.
Según se establecía en las bases de este acuerdo, éste sería progresivo y por etapas. La primera etapa sería el TLC en bienes, lo que implicaba la desgravación arancelaria, que sería progresiva de 1, 5 y 10 años para el acceso de los productos de Chile a China, y plazos de 1, 2, 5 y 10 años para las importaciones desde ese origen a nuestro territorio.
Una segunda parte del trato establecía un Acuerdo Suplementario de Comercio de Servicios, el cual entró en vigencia en 2010 y que entregó importantes oportunidades a los exportadores chilenos en materia de servicios, fundamentalmente para los profesionales, computacionales, de minería, construcción, distribución, medioambientales y de arquitectura.
La tercera etapa es la que comienza ahora. Se trata de un Acuerdo de Servicios e Inversiones, cuyas negociaciones terminaron en junio de este año y que se firmará en la próxima Cumbre de Presidentes APEC, que se realizará a principios de septiembre en Rusia. China empuja hoy la expansión mundial: mientras en 2000 el gigante asiático aportaba con 3,7% al PIB global, en 2010 prácticamente triplicó esa cifra, alcanzando 9,3% y logró convertirse en la segunda economía más importante, detrás de Estados Unidos, y desplazando a otras, como Japón.
"En un principio, el TLC fue un incentivo adicional para profundizar los intercambios bilaterales entre las grandes empresas de ambos países, que ya era bastante importante. Sin embargo, con el tiempo, y de manera bastante sostenida, las medianas y pequeñas empresas han comenzado a ampliar su participación", afirma el presidente de la Cámara Chileno-China de Comercio, Industria y Turismo (Chicit), Juan Esteban Musalem. En este sentido, detalla que en el período 2008-2011 el número de empresas que exportan productos a China aumentó en 48%, lo que significa que hoy más de 850 empresas chilenas exportan sus productos a ese destino.
"Es necesario fortalecer sectores que ofrecen un gran potencial, como el agroalimentario. Hay que considerar que China concentra buena parte de la población mundial, pero no cuenta con la superficie cultivable suficiente para alimentarla, y su enorme desarrollo ha permitido incorporar a varios cientos de millones de personas al consumo de productos de mayor calidad. Ahí se abre entonces un panorama de múltiples oportunidades", puntualiza.
Copiado de Chile Alimentos.
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