"En síntesis, había preocupación y caras largas entre los viajeros. Salvo Timerman que los miraba canchero . Pese a que vendió todos sus dólares cumpliendo la orden presidencial (tarde o tempr ano conoceremos el detalle y tendremos la foto de ese momento histórico para este luchador popular), llevaba 40.000 dólares de la seña que recuperó por el cotillón que contrató para la festichola en Punta del Este, y que tuvo que suspender porque en cuanto la Jefa se enteró casi lo mata. Se había guardado 20.000 dólares en el saco y 10.000 en cada pantorrilla escondidos debajo de las medias tres cuartos Tom de Ciudadela. En cuanto vio a la Presidenta, desplegó su tradicional ceremonia: el besamanos, el ramo de rosas y la reverencia rodilla en piso: “Bienvenida Sra Presidenta. Le pertenezco. Acá estoy yo para la liberación” . No había terminado de decir la palabra liberación cuando dos perros de la AFIP entrenados para detectar dólares se le tiraron encima desaforadamente. El canciller gritaba desesperado: “¡¡No me muerdan, soy Timerman!!” . Nadie del gabinete lo ayudó. La posibilidad de ver al Canciller siendo devorado por labradores buscadólares, encima también adictos a la cocaína, era un espectáculo que ningún ministro estaba dispuesto a perderse . Cristóbal López, que había venido con el equipo de C5N para cubrir la salida del Tango 01, levantaba apuestas “pago 1,20 a favor de Rin Tin Tin”."
martes, septiembre 25, 2012
Los Miserables en Nueva York I
De Alejandro Borensztein en su artículo del Domingo pasado.
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