Transformarnos en un país normal y predecible tendrá un beneficio muy grande para muchos y un costo muy grande para pocos. Sin duda, la manera de ganar dinero deberá ser distinta y los márgenes de rentabilidad, también. Por ello, cabe hacerse algunas preguntas centrales: ¿cómo serán los negocios en una Argentina normal? ¿Qué rendimientos esperar para nuestras inversiones? ¿Cuántos negocios tendrán que cerrar o reinventarse porque no van a poder transferir las ineficiencias al usuario o consumidor como hasta ahora?
Hay muchos servicios o productos que en la práctica son un commodity y que no poseen ningún tipo de diferenciación, pero depende dónde se lo solicite se puede terminar pagando más del doble. Es, insisto, lo que llamo ‘violación financiera’. Dos ejemplos del segmento de consumo masivo: los supermercados y el sistema financiero, con los bancos y las financieras. Ambos sectores ganaron mucho dinero durante la gestión kirchnerista —y hoy lo siguen haciendo, cosa que no tiene nada de malo, al contrario—, cada uno a su manera, pero ambos tuvieron que generar sus ingresos a través de la ‘violación financiera’ porque el desajuste más grande de la economía de nuestro país en los últimos 10 años vino de la mano del denominado impuesto inflacionario.
Roberto Frenkel, un economista argentino que señaló en 1979 que la incertidumbre sobre los costos de reposición induciría la aplicación de márgenes adicionales como medida de prevención. En síntesis, el planteo es que muchos sectores, en medio de una expectativa inflacionaria creciente, tienden a aumentar los precios. Lo que sucede luego es que las empresas trasladan la expectativa inflacionaria a los consumidores y son ellos los que tienen que soportar el nuevo precio. El Estado y las empresas trasladan las expectativas inflacionarias y el consumidor es el único que no puede trasladarle ese incremento a nadie. La velocidad con la que se mueven los precios en contextos inflacionarios genera que se produzca una dispersión muy acentuada y que exista un abuso muy grande en el mercado, que muchos convalidan a través de la oferta y la demanda.
Copiado de Alerta: bullying financiero
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