"El merecido enojo con el kirchnerismo por el sabotaje al país nos hace creer, por oposición, que el Gobierno de Cambiemos será distinto y renovador. Deberíamos ser más racionales. Lo que crea la ineficiencia es el concepto central del Estado protector, benefactor de pueblo y empresas, con expertos en negociar con los funcionarios, en convencerlos y en conseguir su bendición, su financiación y, eventualmente, su salvamento.
No se trata de hacer lo mismo pero mejor. Se va a fracasar en el mediano plazo, como siempre, porque lo malo es el modelo, no los ejecutores. Y Macri cree en este modelo, está en su ADN. Muchos de los empresarios que hoy viven del Estado y que son corresponsables del deterioro nacional son como tíos que conoce desde su infancia y que frecuentaron su entorno.
Ver algunas cercanías y fotos recientes con quienes han firmado convenios con el Estado, que ni siquiera se pueden mostrar, da temor y rechazo. Y también anticipa que el sistema, desde las etiquetadoras de Tierra del Fuego a YPF, pasando por Aerolíneas, no cambiará.
Lo peor del peronismo no es la corrupción. Es el modelo económico que defiende, que facilita esa corrupción, pero que esencialmente destruye cualquier esperanza de sanidad económica. El único traidor a esa idea fue Carlos Menem, pero la corrupción lo llevó de nuevo al redil justicialista.
Celebro con alegría el aporte de Cambiemos y de Mauricio Macri al sacarnos de la satrapía mortal del kirchnerismo. Pero no baso ninguna hipótesis de futuro en la idea de que usando el modelo productivo peronista se terminará estando mejor que con el peronismo. Lo que atrasa a la Argentina desde los años treinta es el modelo, que se lleva puesto a los hombres, por muy buenos y capaces que sean. Y Macri no puede cambiar eso. Lo que se aprende en casa no se olvida jamás."
Dardo Gasparre en Infobae.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario