"Durante muchos años se sostuvo que, acá, lo que hacía falta era una mano dura. Y cada vez que los medios de difusión nos hacen pensar que la violencia es una ola o que la malversación es una epidemia, esa "solución de manos duras" se repite y se exhala como provechito de un ajo mal digerido (...).De "Acá lo que hace falta es una mano blanda".
Muy por el contrario, vamos a sostener aquí que lo que los argentinos, doloridos, cansados, hipersensibles, y malcríados como estamos, pobrecitos, lo que necesitamos es mas que nunca una mano blanda. Una mano sedante que nos acaricie los nervios y nos tranquilice la impaciencia. Piénselo. (...)
Una mano blanda, al fin y al cabo que nos dé una mano para resolver tanto subdesarrollo, y no esa otra mano sopapeante que nos pone en guardia, evasivos, agresivos y reaccionarios.(...)
Por eso, no seamos boludos, mi amor. Acá, desde hace mucho, lo único que necesitamos y a rolete es una mano blanda, acolchadita, excitante, comprensiva de límites y ondulaciones, abierta y dispuesta a reconocernos. Nada mas. Muchas gracias. Y venga esa mano."
Fragmento Editorial Revista Humor Nº 181 - Setiembre 1986.
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