domingo, julio 19, 2015

Cepos

Los cupos a la compra de dólares son el cepo más conocido, pero no el único; importar, exportar, fijar precios, girar utilidades..., casi todo está hoy afectado por las restricciones que impone el Gobierno. 

Cepo para exportar. Con el objetivo declarado de "proteger la mesa de los argentinos", el Gobierno cerró total o parcialmente, mediante cupos, exportaciones del campo como la carne, el trigo y el maíz, para obligar a los productores a vender en el mercado interno a un precio menor que el que podrían obtener exportando el producto.
"En la carne, el cepo se ve en el mercado interno, en los precios que imponen al producto a la salida del frigorífico y en las baratas [partidas de carne a bajo precio] obligatorias", dice Ernesto Ambrosetti, economista de la Sociedad Rural Argentina (SRA). "En trigo se ve al obligar a los productores a quedarse con el grano en el campo cuando podrían exportarlo y sacarle un precio mucho mejor." También lo padecen los lácteos. "El Estado fija el precio al público a la salida de fábrica para 13 productos que están en el programa Precios Cuidados -prosigue Ambrosetti-, lo que genera pérdidas a los proveedores de los supermercados, los híper y almacenes, que se traducen en que le bajen el precio al productor."
El resultado: en los últimos años, más allá de las oscilaciones habituales entre campaña y campaña (que dependen de distintos factores), el país empezó a exportar menos carne, trigo y maíz, y perdió mercados a manos de sus vecinos, como Uruguay y Paraguay. Por ejemplo, según cifras de la SRA, la Argentina vendió al exterior 297.092 toneladas de carne bovina en 2009 contra 139.021 en 2014. También hubo impacto en la producción, que pasó de 3,3 millones de toneladas de res con hueso en 2009, a 2,6 millones de toneladas en 2014, y en el consumo, que bajó de 68,2 kilos por año per cápita en 2009 a 58,9 kilos per cápita por año en 2014, según cifras de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).
En cuanto al objetivo declarado de contención de los precios internos de los productos de la agroindustria, es por lo menos discutible: el último informe de la entidad señala que entre agosto de 2009 y mayo pasado el precio promedio de la carne vacuna pagado por el consumidor acumuló un aumento de 411,2%.

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