(...) la rosca política ha logrado, tras dudosas maniobras, que ninguno de los partidos que se postulan en las elecciones nacionales tenga elecciones internas. Cada uno presentará una lista única, decidida por uno o dos capos, con lo que los ciudadanos no elegirán nada, salvo ir como borregos a votar obligatoriamente. Contentos, en lo más íntimo, de lograr que “el otro” no obtenga el poder. Eso sí, respetando prolijamente el cupo femenino y el uno y una que dispone la ley de mediocridad democrática.
“Es la economía, estúpido” es el lema que los que aman la manipulación electoral pavloviana tienen grabado en su mononeurona. Pero el destino de los pueblos depende de la política seria y en serio. En ese punto el déficit argentino es infinito y hoy parece irremontable.
Copiado de La despreciable política argentina, de Dardo Gasparre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario