En esta entrevista, Alberto Benegas Lynch explica el antiliberalismo del menemato durante los noventa.
-¿Qué autocrítica puede hacer el liberalismo de la década de los noventa?
-Hay que ponerse en los zapatos de los que critican lo que se ha dado en llamar el neoliberalismo (algo inexistente porque ningún intelectual serio se llama a sí mismo neoliberal; es un simple tiro por elevación al liberalismo). He leído muchos trabajos sobre el tema y los modelos que manejan esas críticas son Salinas de Gortari en México, Fujimori en Perú y Menem en la Argentina. Pero si analizamos lo que ocurrió durante el "menemato" en la Argentina encontramos impunidad, destrucción de la división de poderes, reformas constitucionales para reelegirse, aumento de la deuda, del déficit y del gasto. Muchos dicen entonces: si es eso, el liberalismo es una cloaca y quiero cualquier otra cosa. Y tienen razón. Sólo que el blanco, en los tres casos, es un blanco errado. Son tres modelos de antiliberalismo.-Para ceñirnos a Menem: no sólo aplicó unas cuantas recetas liberales, sino que fue apoyado por un partido, la Ucedé, que se definía como liberal. ¿No hubo entonces una suerte de regocijo complaciente?
-Absolutamente. Una vez escribí un artículo, "La manía de la autopsia"; vale decir, no criticar en el momento sino cuando algo es cadáver. Mucha de la gente que critica a aquel gobierno se hacía la distraída o apoyaba incondicionalmente rodeada por mucho tilingaje. Muchos decían que era un ejemplo de sociedad abierta cuando se privatizaba o se pasaban, en muchos casos, monopolios estatales a monopolios privados, había corrupción e impunidad, se desvirtuaban lo institucional y la ética. Respecto de los partidos, creo que lo importante es que hagan auditoría al sistema republicano. En el caso que usted señala se saltó el cerco, un partido se unió, refundió en el partido gobernante y se autoexterminó. Me parece que también es importante y es una preocupación enorme del liberal ver cómo en aquel período el equipo gobernante estaba rodeado de seudoempresarios, de barones feudales, de cazadores de privilegios, de prebendarios que buscaban mercados cautivos, exenciones fiscales, protecciones arancelarias y todo tipo de privilegios que son el antimercado y el antiliberalismo.
Entrevista a Alberto Benegas Lynch: "Menem fue un modelo de antiliberalismo".
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