¿Quién puede imaginar grandes volúmenes de inversión para abastecer a solo 44 millones de personas, con un tercio en la pobreza? Y sin esas inversiones es impensable crear puestos de trabajo, mejorar la productividad de la economía y, en consecuencia, los salarios reales. De esto se desprende que la salida de Argentina no está en estimular el consumo interno como propone la mayoría de los políticos, sino que la salida es integrarse al mundo e incrementar las exportaciones en forma notable.
Copiado de La sustitución de importaciones llevó a más pobreza.
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