"Hace unos años, tenía un kiosco. Un día vino Miguel y me dijo que a él
no le alcanzaba para comprar una Coca-Cola, que estaba a $30... Le dije,
bueno Miguel, como sé que es fundamental la Coca-Cola en tu vida, te
hago un precio especial, un subsidio, de onda, por más que yo pierda. A
la Coca-Cola me la vas a pagar $5 a partir de hoy, y bueno, salí
adelante, cuando estés mejor te voy a cobrar lo que la Coca-Cola salga
en ese momento. Pero vos tranquilo, que no pasa nada.
Al
tiempo, Miguel me dijo que, a pesar de que pagaba una Coca-Cola a bajo
precio, no le alcanzaba para comprarla. Le dije, bueno Miguel, hagamos
algo... para que te sea más fácil todos los meses, te voy a dar una
ayuda económica. No es necesario que trabajes para mí, va a ser para
ayudarte a salir adelante. Vos estudiá, progresá, buscá trabajo y el día
que estés mejor, bueno, veamos como me lo retribuís.
Pasó el
tiempo y Miguel fue papá, tampoco le alcanzaba con lo que le daba, así
que decidí ayudarlo con una asignación, un sueldo a cambio de nada, por
cada uno de sus hijos. Un día vino Miguel de nuevo y me dijo: sabés que
mi mujer no tiene trabajo y no nos alcanza? Listo, Migue... no hay
drama. Te ayudo con lo de tu esposa también...
Entonces, le di subsidio por la Coca-Cola. Lo ayudé mensualmente a él, a sus hijos y a su mujer... sin pedir nada a cambio.
Lamentablemente,
Miguel siguió sin progresar... tampoco se preocupó por ello, a decir
verdad. A mí, en cambio, despues de 12 años el kiosco se me vino abajo,
se caía a pedazos, no podía mantenerlo. Al haber fallado en
administrarlo tuve deudas con todo el mundo, unos buitres la verdad...
Y
bueno, me cansé. No podía manejarlo más, así que le entregué mi kiosco a
un tipo de ojos claros... Llegó este tipo, al ver el celeste
descolorido, pintó todo de amarillo, puso globos y empezó a organizarse.
Obviamente, la Coca-Cola hoy la vende a $50, decidió quitar el subsidio
y también la ayuda que yo le daba a Miguel y con ello, sustentar las
pérdidas que yo había generado (una pequeña parte).
Obviamente, Miguel se enojó.
Lo bueno es que sigue pensando que la culpa es del tipo de ojos claros. No mía."
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