“¡Qué flor de hijos de puta!”, fue la frase con que Amado Boudou se refirió a los ex secretarios de Energía en los días en los que gozaba de visibilidad política. Fue el 31 de mayo de 2011, a la salida de un programa televisivo de la rama de las Madres de Plaza de Mayo que encabeza Hebe de Bonafini. Se refería así a los diagnósticos acerca del estado crítico del sector energético hecho por esos ex funcionarios. Durante la así llamada “década ganada”, el kirchnerismo se empeñó en negar sistemáticamente la existencia del creciente déficit en la producción de energía que hoy impacta brutalmente en las cuentas fiscales. Para este año, la Argentina deberá gastar entre 12 mil a 15 mil millones de dólares para importar la energía que necesita y que no produce. “La crisis energética es seria”, reconoció esta semana el presidente de YPF, Miguel Galuccio. ¿Lo descalificará el vicepresidente con el mismo epíteto que les dedicó a los ex secretarios antes mencionados? “Si no tuviéramos que importar energía, las reservas estarían en los 52 mil millones de dólares”, dijo la Presidenta hace unos días. Tenía razón; lo que omitió decir es que los principales responsables de tamaño déficit fueron su gobierno y el de su difunto esposo.Del artículo El otro desánimo, de Nelson Castro en Perfil.
domingo, septiembre 01, 2013
El otro desánimo: la realidad
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