jueves, abril 12, 2012

Fracaso garantizado

“Un reconocido Profesor de Economía de una Universidad relató que él nunca había desaprobado a ninguno de sus estudiantes, pero que en una ocasión tuvo que desaprobar a la clase entera. Cuenta que en esa clase los alumnos insistían en que “el Socialismo  funciona”, que en ese sistema no existen ni pobres ni ricos, sino que todos alcanzan una feliz igualdad.  

Entonces el Profesor les propuso a lso alumnos realizar un experimento sobre “El Socialismo”. Las notas que obtuvieran los miembros de la clase serían promediadas, a fin de que todos los estudiantes recibieran una misma calificación, o sea, sería una clase “socialista”. Todos aceptaron. De esta forma, para el primer examen, algunos estudiantes estudiaron mucho, otros estudiaron más o menos, y otros no estudiaron casi nada. La nota prome promedio de la clase fue 7,8 sobre 10. 

Los estudiantes que se habían preparado muy bien, quedaron muy disconformes mientras que los que estudiaron poco o nada, estaban felices. Cuando presentaron el segundo examen, los estudiantes que anteriormente habían estudiado mucho, decidieron no esforzarse tanto, ya que su nota sería promediada. Aquellos que habían estudiado poco lo hicieron menos aún, porque confiaban en que otros se esforzarían para subir el promedio. Pero el promedio en este segundo examen fue 6,5 puntos! Nuevamente, los que estudiaron algo estaban algo molestos, y los que no hicieron nada estaban medianamente satisfechos. Finalmente, en el último examen del año, el promedio de toda la clase fue 3. Todos desaprobados. Pero todos eran iguales y repitieron el año sin excepción alguna. Ninguno de los estudiantes estaba realmente feliz…

El profesor les preguntó si ahora entendían lo que significaba “SOCIALISMO”. La razón del gran fracaso del socialismo en el mundo es simple: los que no hacen se benefician de los que hacen. No hay incentivos para los que se esfuerzan, y hay premios para los que eluden labor y responsabilidades. No se recompensa la excelencia, pues nunca se llega a ella ya que la mayoría empuja hacia abajo.  

El que trabaja debe pagar sus cuentas, pero al que no trabaja, se las paga el gobierno. Con los recursos aportados por el que trabaja.Es la garantía del fracaso. Todos iguales, pero allá abajo, semisumergidos en el pantano de la mediocridad…Tan espeso que nadie se hunde del todo, pero tan denso y pegajoso que a nadie permite llegar a la orilla y salir…”  

Recibido via e-mail.

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