viernes, febrero 28, 2014

Hay argentinos que no saben que sus convicciones más hondas son liberales

El ex candidato presidencial plantea la necesidad de volver a las ideas del liberalismo para poder darle solución a las dificultades económicas. "Hay argentinos que no saben que sus convicciones más hondas son liberales", dijo López Murphy: "respetar los contratos, la propiedad privada, la división de poderes, el federalismo y volver a Alberdi. A la Argentina de las instituciones, de la constitución, del respeto, de la tolerancia y a no permitir que la anarquía gobierne al país".
El video completo de la entrevista está aquí.

Cepo a la libertad

Nos hemos resignado a que los funcionarios, a quienes elegimos con nuestro voto, asuman sus cargos con poderes absolutos, ubicándose por encima de las leyes y la Constitución Nacional. De esta forma derivamos en una monarquía absoluta electiva, ya que votamos un rey o reina a quien nos sujetaremos como fieles vasallos por cuatro años.
Una democracia republicana es otra cosa, se basa en el respeto de las normas, la división de poderes y los límites para su ejercicio que manda la Carta Magna, lo que garantiza que los funcionarios no usarán sus cargos para poner en jaque las libertades y los derechos de los argentinos. Es decir, nos da la posibilidad de ser ciudadanos y no súbditos, pero para hacerlo realidad es necesario que cada uno asuma su responsabilidad cívica, en particular la dirigencia intelectual, empresarial y profesional, que en los últimos años estuvo tan ausente en la Argentina
Cepo a la Libertad, por Aldo Abram.

jueves, febrero 27, 2014

Un plan de salvación nacional

El dilema político de enfrentar el costo de lo impopular (el ajuste) es más agudo, por supuesto, en el caso del Gobierno, primero porque a él le atañe el ajuste y segundo porque fue su irresponsable gestión reciente, precisamente, la que lo ha agravado. La oposición, a su vez, puede hacerse la distraída, hasta que le llegue su turno. Lo mejor para el país sería, en cambio, que gobernantes y opositores se unieran en busca de un plan de salvación nacional para compartir de algún modo el costo político del ajuste. Es casi ingenuo preguntarse si lo harán. Lo más probable es que, por temor a los efectos inmediatos del corto plazo, unos y otros eludan elevar la mirada para encontrarse, de una buena vez, con el vigoroso desafío que nos viene del horizonte: ser lo que debemos ser para evitar no ser nada.
De eso no se habla, de Mariano Grondona 

Longobardi entrevista a Asís

"... el Cristinismo me resultaba mucha más interesante cuando deliraba. Cuando decían 'ni un paso atrás'; 'vamos por todo'... Ahora me enternece, me decepciona..." 
Jorge Asís

Cry for us

Argentina, sin embargo, es un caso perverso en sí mismo. Se trata de una nación todavía drogada por ese menjunge político llamado peronismo; involucrada en una guerra total con los datos económicos fiables; que juguetea con su tipo de cambio multiple; excluida de los mercados de capitales globales, que pisotea cuando quiere los derechos de propiedad; obsesiona con una guerrita perdida en las Malvinas (Falkland), hace más de tres décadas; una nación convencida de que la causa de todo este fracaso recae en los poderes especulativos que buscan forzar una nación orgullosa - en palabras de su líder - "para tomar sopa de nuevo, pero esta vez con un tenedor ".

Argentina, however, is a perverse case of its own. It is a nation still drugged by that quixotic political concoction called Peronism; engaged in all-out war on reliable economic data; tinkering with its multilevel exchange rate; shut out from global capital markets; trampling on property rights when it wishes; obsessed with a lost little war in the Falklands (Malvinas) more than three decades ago; and persuaded that the cause of all this failure lies with speculative powers seeking to force a proud nation — in the words of its leader — “to eat soup again, but this time with a fork.”
Roger Cohen en Cry for me, Argentina

Pizza


Lección de $100

Recientemente le pregunté a la hija de un amigo qué le gustaría ser cuando fuera mayor. Ella respondió que quería ser presidente algún día. Sus padres, ambos kirchneristas, estaban presentes y yo continué preguntando: "¿Si algún día llegaras a ser presidente, qué sería lo primero que harías?” Ella respondió sin vacilar: “Daría alimentos y viviendas a todos los pobres."Sus padres, orgullosos, pelaron los dientes en una radiante sonrisa: "¡Bravo, qué propósito más loable!" Le dije: “Pero para eso no tienes que esperar a ser presidente. Puedes venir a mi casa y cortar el césped, sacar las malas hierbas y abonar el jardín. Te pagaré $100 por el trabajo, luego te llevaré al supermercado de mi barrio donde siempre hay un mendigo y puedes darle el billete para que se compre comida y empiece a ahorrar para su casa.”La chica pensó durante unos segundos, luego mirándome fijamente a los ojos me preguntó: “¿Y por qué no va el vagabundo a hacer el trabajo y le pagas directamente a él?" “¡Bienvenida a la oposición!”, le contesté.
Los padres aún no me hablan..
Copiado de Facebook

martes, febrero 25, 2014

Deformando la realidad: la economía argentina


Un aumento de salarios de 20% con una inflación de 25% es en realidad una reducción de 5%.

Enrique Szewach escribió un artículo -publicado hace más de un año- donde habla de la ilusión del aumento nominal de salarios en Argentina (ilusión monetaria). Es de hace un año, pero bien que se podría publicar en los diarios de hoy, o de hace 10, 20 ó 30 años.
...este fenómeno ilusorio resulta, por lo general, transitorio. De repetirse esta situación sistemáticamente, los perjudicados se “avivan” y pierden esa inocencia nominal.
En ese sentido, la vasta y prolongada experiencia inflacionaria de la Argentina ha dado lugar a una mayoría ciudadana libre de esta patología. Todos hacemos la cuenta “real” y no la nominal, cuando se trata de nuestros ingresos, nuestros ahorros, o nuestros gastos.
Por eso resulta, al menos curioso, que el relato oficial insista en vanagloriarse de incrementos nominales de diversas variables, como si el Gobierno estuviera integrado por ciudadanos crónicamente enfermos de “nominalidad”. Es tan extendida esta modalidad de anunciar con bombos, aplausos y vivas aumentos nominales de todo tipo que, más que ilusión monetaria, parecemos haber desarrollado nuestra propia versión del “realismo mágico” latinoamericano que, casualmente, tuvo su apogeo en los 60 y 70 del siglo pasado.
(...)
Lo grave de esta deformación de la realidad es que se traduce en conformismo y continuidad de una pésima política económica, cuyas consecuencias están a la vista.
Al menos, Szewach es optimista al final del artículo: La buena noticia es que todavía podemos dejar el realismo mágico en el exclusivo campo de la literatura y copiarle al resto de la región las políticas adecuadas para mejorar sustentablemente la calidad de vida de la sociedad.