En los años 70 se especuló con la posibilidad de que las minas de estos metales preciosos en el universo están en las estrellas de neutrones, los astros más pequeños y densos que se conocen. Estos cuerpos son el esqueleto de antiguos astros a tan alta presión que cada cucharadita pesa unos mil millones de toneladas. En 1999 se realizaron los primeros cálculos numéricos serios que sugerían que era posible la síntesis de nuevos núcleos atómicos durante el choque de dos estrellas de neutrones. En 2010, una colaboración internacional codirigida por Martínez-Pinedo, investigador en el Centro de Investigación de Iones Pesados y la Universidad Técnica de Darmstadt (Alemania), y Brian Metzger, de la Universidad de Columbia (EE UU), predijo exactamente cómo sucedería. El grupo del físico español determinó los elementos producidos en la colisión y calculó la energía que liberarían, y Metzger usó esos datos para reconstruir la “curva de luz” que produciría la fusión. Los cálculos indicaban que la colisión brillaría como 1.000 novas, por lo que la bautizaron como kilonova.
El martes pasado se anunció la primera observación de la colisión de dos estrellas de neutrones, un hito histórico para el conocimiento del universo. La luz liberada por una kilonova a 130 millones de años luz fue observada por telescopios espaciales y terrestres. Consistía en un destello azul que después se fue tornando rojo, lo que coincidía con la predicción de los científicos europeos y estadounidenses siete años antes. Tras la fusión de las dos estrellas, los núcleos atómicos fueron incorporando cientos de neutrones y se fueron sintetizando núcleos atómicos cada vez más pesados, oro, platino, uranio y, al final del proceso, unos pocos días después de la explosión, tierras raras caracterizadas por su destello rojizo. Era una descomunal fábrica que transformaba el hierro en los elementos más codiciados del planeta.
“Lo que se ha sucedido es lo mismo que ocurrió en la central de Fukushima, una reacción nuclear que libera una cantidad de energía enorme y que produce toda esa luz observada y el cambio de color del azul al rojo”, explica Martínez-Pinedo al teléfono desde su despacho. Este proceso rápido de captura de neutrones produjo “unas 100 veces la masa de la Tierra en oro y unas 10 veces en plata y uranio, todo en pocos en segundos”, asegura.
Copiado de El español que predijo de dónde viene el oro en el universo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario