"Argentina debe replantear con urgencia la ecuación fiscal, cuánto nos saca el Estado y qué es lo que debe darnos".
Podemos hacer una matriz de la cual obtenemos las combinaciones posibles entre exacción fiscal y prestación del gasto público. Analizaremos tres opciones.
Puede haber países donde el Estado extrae “mucho” (presiones tributarias superiores al 45%) pero a la vez la prestación es satisfactoria para la población.
Podría ser el mentado caso de los países escandinavos donde la presión tributaria es elevada (aunque con tendencia decreciente) y la prestación es elevada, pese a que en los últimos años se está discutiendo cada vez más el estado de bienestar.
Cabe destacar que esta ecuación de “mucho–mucho” fue una consecuencia y no una causa del progreso de dichos países. Noruega, Suecia y Finlandia han tenido un marcado desarrollo capitalista privado (básicamente por su seguridad jurídica) previo al crecimiento del estado.
Otra combinación puede ser “poquito-poquito” es decir países donde el Estado está casi ausente, ni cobra impuestos ni ofrece absolutamente nada. Somalia y otros estados fallidos pueden ser un buen ejemplo. Nada por nada. Ni se cobran impuestos ni el Estado ofrece las mínimas garantías de progreso. Ni se respeta la propiedad ni se ofrecen servicios sociales básicos.
Por último podemos ver el caso argentino. “Mucho por nada”. Esa es nuestra ecuación fiscal. Muchos impuestos y casi ninguna contraprestación. Cada mes una PyME tiene once vencimientos impositivos en veinte días hábiles. Más de un impuesto cada dos días. ¿A cambio de qué?
Mucho, poquito o nada, de Gustavo Lazzari en El Cato.
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