"La humillación es un tipo de conducta o condición que constituye una buena razón para que una persona considere que se le ha faltado el respeto". Con esta frase contundente se inicia La sociedad decente, un inspirado libro de Avishai Margalit (profesor de filosofía israelí, que actualmente enseña en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Princeton, Estados Unidos). El libro es tan potente como necesario por las ideas sobre las que gira. Las sociedades decentes no humillan a sus miembros, dice Margalit, los respetan. Respeto y humillación son los términos que delimitan si una sociedad es decente o no lo es. En aquellas que lo son, las instituciones funcionan y cumplen debidamente con su función de garantizar el respeto a las personas, a su condición de sujetos y de ciudadanos. Ese es un deber de las instituciones y un derecho de las personas. Hay humillación cuando un grupo, desde una posición de poder, excluye a otros como miembros de la sociedad que, en la concepción de ese grupo, queda reducida a los que comparten ideas e intereses."Sergio Sinay en su artículo Las sociedades humillantes.
miércoles, octubre 03, 2012
La humillación
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