Al igual que Guevara, Alberdi tuvo la oportunidad de ejercer influencia sobre un líder revolucionario en el poder, Justo José de Urquiza, que derrocó a Rosas en 1852. Y, al igual que Guevara, Alberdi representó al nuevo gobierno viajando por el mundo, y murió en el extranjero. Pero a diferencia del antiguo y nuevo mimado de la izquierda, Alberdi jamás mató una mosca. Su libro "Bases y puntos de partida para la organización de la República Argentina" fue el cimiento de la Constitución de 1853, que limitó el gobierno, abrió el comercio, estimuló la inmigración y garantizó el derecho de propiedad, inaugurando así un período de 70 años de asombrosa prosperidad. No se entrometió en los asuntos de otras naciones, oponiéndose a la guerra contra Paraguay. Su imagen no adorna el abdomen de Mike Tyson.Fuentes:
Artículo "El Che, antítesis brutal de Alberdi", de Alvaro Vargas Llosa. En alberdi.org.ar.