Desde que llegaron los Kirchner al poder, los ricos reciben este beneficio social, inclusivo y popular. Cosas lindas que hacía nuestro progresismo o como quiera autodenominarse aquel simpático colectivo de fucking impostores.
Deben creer que un tipo que vive en el Tucumán de Alperovich está demasiado lejos como para darse cuenta de que le está financiando la luz, por ejemplo a Mirtha Legrand.
Para entender el ABC de todo este asunto, analicemos los números del gas.
De los 13,5 millones de hogares registrados que tiene el país, hay 5 millones (casi 40%) que no entran en la discusión simplemente porque no tienen red de gas. Viven a pura garrafa.
Esto es así porque la década ganada fue administrada por gente que pensaba a leña. Y porque el curro de la garrafa social fue uno de los mejores negocios de aquella etapa inolvidable de nuestra historia. Cualquier duda, consultar a Julio De Vido en el penal de Marcos Paz.
De los casi 8 millones de hogares restantes que tienen gas, el 20% paga tarifa social, el 30% paga menos de 500 pesos y el 15% paga menos de 1000. O sea, ya tenés 65% de hogares que no pagan o pagan menos de 1000 mangos.
Acá cabe explicar que mucha gente recibe tarifa social sin merecerlo y que muchos que califican, no la reciben. Esto sucede por la sencilla razón de que este país es un quilombo.
El 35% restante paga desde 1000 pesos para arriba. Esto incluye al 10% que veranea en Miami y que podría pagar 10 o 20 veces más y de ese modo aliviar la carga de los más humildes.
Copiado de La patria es el subsidio.
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