jueves, agosto 29, 2019

Mirando el espejo

No hay default sin deuda. No hay deuda sin déficit. No hay déficit sin exceso de gasto público. Y no hay exceso de gasto sin una población que en promedio adora al Estado y le pide que haga de todo.

¿Culpables? Mirarse al espejo.

— Iván Carrino

Alberdi, siempre Alberdi

Los pocos años en que se siguieron sus principios políticos, sociales y económicos, el país se transformó en una potencia relevante en el mundo. Pese a ello, son notorios los continuados esfuerzos, de todos los gobiernos y de todas las mayorías de los últimos 90 años, para borrar su impronta en el pensamiento nacional.

Alberdi suele ser considerado el padre intelectual de la patria. Sin embargo, la patria se parece deliberadamente cada vez menos a su sueño y su prédica. Y, tristemente, la sociedad se parece cada vez más a la que el prohombre quiso mejorar.”

Copiado de Alberdi, liberalote fundacional.

El éxito

“El éxito no consiste en no cometer errores, sino en no cometer el mismo error dos veces.”
— George Bernard Shaw.

lunes, agosto 19, 2019

Estado, Mercado

“¿Quién le hizo creer a los argentinos que el Estado somos todos y que el Mercado son 5 tipos de traje, y no al revés?“

— Pedro Luis Goldstein, @waldealgo

Más memoria

“Recordemos las tres Grandes batallas que dimos en las calle:

- 13S porque CFK quería reelección eterna.
- 18A porque quería elegir a todos los jueces por voto popular. Justicia Legítima 
- 8N.  Porque querían expropiar al grupo Clarín 

Mi opinión es que si los Fernández tienen mayoría en ambas Cámaras, la propiedad privada y las libertades correrán serios riesgos en Argentina. CFK quiere cambiar la Constitución.

Es cierto que tal vez AF sea diferente... pero no tengo nada que lo indique... viendo su equipo económico, salvo Nielsen, el resto son todos heterodoxos, más a la izquierda que cualquiera de los de Macri”

— Agustin Etchebarne

Carne uruguaya a China

“Este año, Uruguay está batiendo su récord histórico de importación de carne de vaca para satisfacer al mercado interno, todo un cambio de coyuntura para uno de los principales productores mundiales, promovido por la subida constante de las exportaciones a un comprador voraz: China. Según datos oficiales, el pasado mes de julio llegaron al país sudamericano, una de las mecas mundiales del asado, 3.000 toneladas de carne bovina procedentes de Brasil, y en menor medida, de Paraguay y Argentina, Mientras, desde sus puertos salían miles de toneladas de producto local de alta calidad con destino a China y otros tantos países. La trazablilidad del ganado y la alimentación de las vacas, solo con pasturas, sin harinas de engorde u hormonas, ha permitido a la carne uruguaya posicionarse en el segmento de alta calidad en el mundo. En paralelo, la fiebre porcina ha disparado la demanda.
La situación es "inédita", según reconocen desde el Instituto Nacional de Carnes, en un país de poco más de tres millones de habitantes y 13 millones de vacas. Los precios están ahí para explicar el fenómeno: en Río Grande do Sul (Brasil) el kilo de novillo cotiza a 2,65 dólares (2,39 euros) -ayudado, en parte por la depreciación del real en los últimos años-, en Paraguay se paga a 2,60 dólares y en Uruguay ronda los cuatro dólares, según datos de Mercopress.”

Copiado de El consumidor chino arrasa con el asado uruguayo.

Memorias

“Cuando yo era chico, el día del niño se festejaba en un país con 7% de pobreza, sin planes sociales, con un Estado que tenía un tamaño equivalente a un tercio del actual, con la mitad de la presión impositiva de hoy y por sobre todo, con un futuro por delante. Felíz día del niño.”

— Manuel Adorni

Una cita de Sófocles

”Sólo el tiempo puede revelarnos al hombre justo; al perverso se le puede conocer en un solo día.“

— Sófocles

Memoria

“¿Te acordas cuando para comprar dólares tenias que pedir permiso a la AFIP? ¿Te acordas que sí los dejabas depositados 1 año no te cobraban la retención del 20%?

domingo, agosto 18, 2019

The Churchill Factor

“Churchill matters today because he saved our civilisation. And the important point is that only he could have done it.
He is the resounding human rebuttal to all Marxist historians who think history is the story of vast and impersonal economic forces. The point of the Churchill Factor is that one man can make all the difference.
Time and again in his seven decades in public life we can see the impact of his personality on the world, and on events—far more of them than are now widely remembered.
He was crucial to the beginning of the welfare state in the early 1900s. He helped give British workers job centres and the tea break and unemployment insurance. He invented the RAF and the tank and he was absolutely critical to the action—and Britain’s eventual victory—in the First World War. He was indispensable to the foundation of Israel (and other countries), not to mention the campaign for a united Europe.
At several moments he was the beaver who dammed the flow of events; and never did he affect the course of history more profoundly than in 1940.”

— Boris Johnson in The Churchill Factor

domingo, agosto 11, 2019

Batalla cultural

“El asistencialismo sin los medios que lo respalden, es el camino más corto a la pobreza estructural.”
— Omar López Mato.

Más allá de una victoria electoral, más allá de los votos, de quien gane o sea derrotado en las urnas, hay algo que cada día me resulta más claro: estamos perdiendo la batalla en la contienda cultural. 

Dependientes de la economía, corriendo tras los mangos, movilizado por lo urgente y no lo importante, se ha relegado la pelea de fondo, la madre de todas las batallas, la que da sentido a la vida de las naciones: la cultura.

Cultura no sólo son los libros, los cuadros, y las películas, sino la explicación de lo que significa ser argentino, lo que maman los chicos en el colegio, en la casa, en la construcción de una idiosincrasia. En lo que ven y escuchan.

La economía sin apoyo político y una concepción cultural que la respalde, estará siempre condenada al fracaso. Mientras la mayoría piense que abrir los mercados al mundo, mata a la industria nacional, que las inversiones extranjeras nos explotan, que somos títeres de nuestros acreedores, que el capitalismo es explotación y el liberalismo miseria, no saldremos de este ciclo. Mientras los jóvenes no entiendan cómo funciona el sistema financiero, y la necesidad del crédito sano y una moneda fuerte, serán las víctimas propiciatorias del populismo de izquierda.

SOBERBIOS

Hasta hace poco éramos conocidos en el mundo por nuestra soberbia. ƒramos los morochos que triunfamos en París, los que teníamos las mejores carnes, exquisitos futbolistas y las minas más lindas. Y de pronto, en pocos años, la sensibilidad de un Borges se convirtió en el grotesco maradoniano que de una u otra forma se agazapaba en nuestros genes: el astro arrasado por la vanidad que brota de la ignorancia. Como decía Benedetto Croce, la única palabra que se puede escribir con las mismas letras de argentino, es ignorante.

Como Argentina, el astro del fútbol mostró la imposibilidad de manejar sus riquezas sin caer en la ostentación ni en la vulgaridad, ni el derroche, la mejor metáfora de un país que sin guerras ni desastres naturales cayó en la mendicidad. 

Como hijos pródigos culposos fuimos derrochando nuestra fortuna, pero en lugar de reconocer nuestros pecados proyectamos las culpas. Los responsables de nuestra decadencia siempre están afuera, son ajenos a nosotros. es el Fondo (que no aprende nunca y nos sigue prestando plata), o Estados Unidos, o los neoliberales, los capitalistas, o China, o Brasil o el Mercado Común Europeo.

Todos juntos o separados quieren someternos, aplastarnos, relegarnos. Cualquier cosa es buena para victimizarnos. ¿Nunca un mea culpa? Para muchos argentinos nunca hicimos nada malo. ¿Defaulteadores seriales? ¿Corrupción mayúscula? ¿Negocios turbios? No, nada, solo pecadillos.

LA CULPA AJENA

Lo peor del caso es que creemos tan firmemente en nuestra inocencia que le inculcaron a nuestros jóvenes el principio de la culpa ajena y los derechos propios, sin muchos deberes, ni preocuparse de dónde saldrán los fondos que banquen nuestros derechos.

La democracia, sin cultura, ni verdad, ni preparación, la democracia con odios, se convierte en la tiranía de las mayorías (o como decía Borges, "la dictadura de las estadísticas") tiene el peligro de caer en un populismo, donde todo se reduce a gratificar con instantaneidad el deseo de las mayorías (aunque dañe el futuro de las instituciones). La justificación para jerarquizar ese deseo necesita de una razón histórica y una guerra cultural o de clases, que instaura la dicotomía hegleliana de tesis y antítesis, aunque no sea necesaria una síntesis inmediata, porque en la discusión muchos dirigentes encuentran el camino para prolongar su poder.

El orden establecido es un mito burgués y el policía de la esquina es un represor. Los pilotos de Malvinas que asisten al Nacional Buenos Aires quieren adoctrinar, porque todo aquel que se aleje de su pensamiento hegemónico es un enemigo. Una entrevista se convierte en un interrogatorio. El periodista que no sea servil, es un gorila. Creen en la patria nac & pop, pero no tienen idea de cómo juntar un peso sino a través del método de Robín Hood. El exceso de democracia populista destruye la República.
Estos grupos progres proclaman la defensa de los derechos humanos, pero se olvidan el de la propiedad y la libertad, que también es un derecho inalienable, consagrado por nuestra Constitución y la República.
Creen en el asistencialismo y el distribucionismo, pero nadie les enseña a producir. Las vacas se crían solas y los yuyos crecen naturalmente, el acero y el cobre de sus computadoras brota como el agua de las canillas. Ahora prometen remedios gratis a los jubilados. ¿Cómo se pagarán? ¿De dónde saldrán la plata? ¡Ah! Los derechos son inalienables, responden impertérritos. El asistencialismo sin los medios que lo respalden, es el camino más corto a la pobreza estructural.

El Che y Fidel son héroes sin importar a quién mataron. Contemplan el éxito de Cuba y Venezuela, pero no se ruborizan ante la represión y los muertos del régimen. ¿Hay quienes asesinan con dignidad?
Se pensó que arreglando la economía se resolvería la guerra cultural en Argentina, y se relegó la discusión histórica en la que, evidentemente, el Presidente se siente incómodo, y aunque tiene gente capacitada para dar lucha, prefirió no confrontar. 

Al derrumbarse la economía, la batalla cultural también se deterioró. La gente tiende a poner todo en una bolsa. Si les va mal con los números también aceptará con más facilidad el relato del opositor.
Es incómodo cuando se vive de mitos toparse con la verdad. Es necesario reconocer que 12 años de mentiras han sembrado cizaña en el campo de la cultura, donde las pulsiones brotan salvajes. Bien saben desde los tiempos de Lenin y Bakunin, que es más fácil diseminar el odio que la moderación, el extremismo falaz a la racionalidad. Y este estado de cosas condena al país, más allá de las elecciones de este año.

Copiado de La batalla cultural.

La Libertad en riesgo

Se conoció la noticia que el juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla, ha imputado al periodista Daniel Santoro ante la duda de que sus notas constituyan el delito de acción psicológica con la intención de influir en la opinión pública, hecho que califica penalmente como extorsión. Para esto solicitó la constitución de una Comisión que deberá investigar si las sospechas del juez son atinadas.

Es de tal gravedad la imputación que el periodismo en su totalidad debería alzar su voz ante tamaña atrocidad anticonstitucional, que viola el principio de la libertad de prensa de la a "a" la "z". 

Uno, haciendo un poquito de memoria se pregunta, por qué el juez Ramos Padilla no sospechó lo mismo de los periodistas del programa entonces oficialista ?6,7,8? o de los escritos de Horacio Verbinski que hasta dio por agonizante por un cáncer al juez Claudio Bonadio. No es casualidad adivinar entonces por qué referentes del kirchnerismo hablen de la necesidad de instrumentar una CONADEP del periodismo o de revisar lo actuado por los jueces federales de Comodoro Py solo en los casos de corrupción del anterior gobierno. Cómo podría un periodista escribir un artículo de investigación sin sacar conclusiones, porque de eso se trata. Daniel Santoro está imputado por opinar, por decir lo que sabe y piensa. Atacar al periodismo no estatal, fue uno de los objetivos y obsesiones del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Hoy mismo siembran las dudas como bien lo explicó el periodistas Marcelo Longobardi en su programa de radio Mitre: 

"Esta noción del kirchnerismo respecto de que hay una intencionalidad deliberada en todo el periodismo, incluso en las elecciones porque se conecta con el fraude comunicacional,  se conecta con la noción de que la señora de Kirchner perdió las elecciones, en todo caso Scioli, como consecuencia de que la gente votó confundida al presidente Macri resultado de la acción de los medios de comunicación. Entonces el fraude no solamente es cambiar los votos sino también engañar a la gente a través de la tapa de un diario o un artículo de investigación. Ramos Padilla hace esto con Santoro bajo el argumento de la libertad de expresión".

Están jugando con fuego y lo saben, pero les importa poco. Un hombre de prensa al que no se lo puede comprar es un enemigo a batir, a perseguir, a silenciar. Creen que la libertad de prensa es solo decir lo que les sirva a su relato. Por otro lado son incapaces de dar una conferencia de prensa y responder a fondo todas las preguntas, porque tienen muchas respuestas que no pueden dar porque se incriminarían de manera riesgosa. El tema de la corrupción es un estigma que intentarán evadir sea como sea y haya que tener decenas de jueces como Ramos Padilla que habría entrado, en el terreno de la persecución.

Lo peor de todo es que ayer ni del kirchnerismo, ni del Gobierno, ni del Consejo de la Magistratura, ni de la Corte Suprema, se haya hecho pública una declaración sobre este tema y en defensa de la libertad de prensa en Argentina. Vamos a ver quiénes integran la Comisión que debe evaluar el trabajo de Daniel Santoro, pero no es difícil intuirlo. Algunos analistas ya hablan del peligro de caer en una persecución nazi, con métodos que ya suponíamos desterrados de nuestra vida política, sin embargo no podemos ni debemos bajar la guardia. Los periodistas tenemos derechos que nadie, bajo ningún concepto, puede violar y uno de esos derechos es la reserva absoluta de sus fuentes de información.

Durante la dictadura sabían cómo sacar esa información de los hombres de prensa detenidos ilegalmente. El temor es que ahora hayan sofisticado el sistema y sea el miedo a la Justicia parcial la que apure confesiones auto incriminatorias a cambio de la amenaza de la cárcel.  Así estamos y el silencio será la peor herramienta que podamos darle a quienes no quieren un periodismo independiente ni periodistas que investiguen.

Copiado de El caso de Daniel Santoro pone en riesgo la libertad.

Científicos contra la ley europea de transgénicos

Miles de investigadores exigen a la UE que elimine los obstáculos a la edición genética para crear frutas y verduras más nutritivas y resistentes al cambio climático.

Las verduras del futuro crecen en un invernadero de Valencia. Hay tomates que no producen sustancias alérgicas y otros cuyos genes se han modificado para que el tomate vuelva a saber a tomate. En breve puede sumarse otra variedad capaz de aguantar olas de calor que en condiciones normales pueden arruinar cosechas enteras en el sur de España. El creador de este huerto experimental es el científico Antonio Granell. Como muchos otros investigadores europeos en su campo, este químico afronta con preocupación una realidad que no llega a digerir: es probable que ninguna de estas plantas se desarrollen en España, ni en cualquier otro país de Europa, pues la ley lo hace imposible en la práctica.

“No se puede impedir la llegada al mercado de estas nuevas variedades de plantas, como mucho lo que sucederá es que en Europa acabaremos importando estos productos desde fuera”, asegura Granell, que trabaja en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas. “En nuestros estudios con tomate hemos podido averiguar que el buen sabor depende de unos 100 genes y que sobre todo está relacionado con la producción de unos 20 compuestos volátiles. Cambiando la expresión de unos cinco genes podemos modular el tono del sabor del tomate y potenciarlo”, resalta.

Para lograrlo Granell utiliza la técnica de edición genética CRISPR, que desde su descubrimiento en 2012 ha cambiado para siempre la forma de hacer ciencia en la mayoría de laboratorios de biología de todo el mundo. La técnica permite editar el genoma de cualquier ser vivo con una precisión y facilidad sin precedentes. Gracias a ella se pueden identificar los genes responsables de producir los principales alérgenos que hacen que haya personas que no pueden probar el tomate, las fresas o los melocotones y eliminarlos. También es posible crear variedades de plantas que no dependen de las abejas y otros polinizadores para producir fruto, una ventaja debido al declive global de estos insectos. Estas técnicas también evitarían la pérdida de cosechas de trigo, maíz y otros cultivos en países en desarrollo ocasionadas por las sequías y las pestes gracias a cambios puntuales en su genoma realizados con CRISPR.

Hace unas semanas, científicos de 127 institutos de investigación de toda Europa que agrupan a unos 25.000 científicos exigieron a las autoridades de la UE un cambio urgente de la legislación sobre organismos modificados genéticamente (OMG), los transgénicos. En una carta abierta dirigida al Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el Consejo, los científicos alertan de que la actual regulación deja a Europa fuera de juego ante la posibilidad de diseñar nuevas variedades vegetales usando CRISPR para crear “una agricultura sostenible” en el contexto del cambio climático con variedades resistentes a la sequía y que necesitan menos agua y pesticidas. “La capacidad de usar la edición genética es crucial para el bienestar y la seguridad alimentaria de los ciudadanos europeos”, clamaba el texto.

El año pasado, el Tribunal Europeo de Justicia equiparó las plantas modificadas con CRISPR con los transgénicos convencionales (OMG), una decisión no recurrible. Los transgénicos incluyen variedades vegetales desarrolladas hace más de dos décadas con técnicas más rudimentarias para incluir en su genoma ADN de otra especie. Por ejemplo, el maíz transgénico MON 810, el único autorizado para su cultivo en Europa, lleva un gen de la bacteria B. thuringiensis que le permite sintetizar una proteína tóxica para el taladro, una plaga. La sentencia del tribunal de la UE obliga a que las plantas modificadas con CRISPR, incluso las que no lleven ADN de otra especie, estén sometidas a las mismas reglas que los transgénicos. Esta normativa requiere un proceso de prueba que puede llevar hasta seis años y costar hasta 15 millones de euros, lo que en parte explica que en Europa solo se haya aprobado un cultivo de este tipo.

Los científicos denuncian que la sentencia del tribunal no se basa en argumentos científicos. La legislación de transgénicos, que data de 2001, “ya no refleja correctamente el estado actual del conocimiento científico”, alerta la carta enviada a la UE. Las plantas modificadas con CRISPR que no contienen genes de otras especies son igual o más seguras que las plantas obtenidas por las técnicas de mejora convencionales, argumentan. Una de estas técnicas consiste en aplicar productos químicos o radiación a las semillas para generar numerosas mutaciones en su ADN y quedarse con las que desarrollan mejor sabor, color u otra característica de interés. Estas plantas no son consideradas transgénicas, aunque potencialmente llevan muchas más mutaciones que las plantas modificadas con CRISPR, según reconoce un documento elaborado por el servicio de asesores científicos del Gobierno de la UE, que ha recomendado cambiar la ley del 2001.

“CRISPR es rápido [permite hacer en dos años lo que antes llevaba unos 12], barato y fácil de usar, por lo que puede democratizar la mejora de plantas. Si lo sometes a la misma legislación que los transgénicos, en la práctica vetas el acceso a esta tecnología, que solo será asequible para las grandes multinacionales”, resalta José Luis Riechmann, director del CRAG.

Esta situación está ocasionando absurdos como el que afronta Damiano Martignago. Este investigador participa en el proyecto Idrica, financiado con dos millones de euros por el Consejo Europeo de Investigación, la élite de la ciencia financiada con fondos públicos de la UE. Su objetivo es desarrollar sorgo resistente a la sequía. “Esta ley no nos permite experimentar con esta nueva variante en el campo, porque el coste de hacerlo se sale de nuestras posibilidades incluso contando con la financiación del ERC”, reconoce Martignago.

El sorgo se usa en muchos países como pienso animal y esto lleva a otro de los absurdos ocasionados por la reciente sentencia judicial. Muchos países producen cereales transgénicos que se venden como pienso animal en la UE, con lo que probablemente cualquier europeo que haya comido carne ya ha comido transgénicos. Esto no supone ningún riesgo, pues tras 30 años de uso no se ha detectado ni un solo problema de salud asociado a estos productos.

La propia UE ha reconocido que en la práctica será imposible cumplir la ley de transgénicos, que obliga a identificar como tal a estos productos, pues en la práctica es imposible diferenciar, por ejemplo, un tomate convencional de otro editado con CRISPR.

Mientras, EE UU, China, Brasil, Argentina, Australia y otros países han decidido no considerar las plantas modificadas con CRISPR como transgénicos, lo que les da una ventaja. “Está claro que esta situación va a suponer un retroceso científico y comercial para Europa”, explica Francisco Barro, investigador del Instituto de Agricultura Sostenible (CSIC). Barro ha usado CRISPR para crear un trigo sin gluten. “Por ahora hemos conseguido reducir la toxicidad para celiacos en un 85% y esperamos conseguir llegar al 100% en un año”, explica Barro, que asegura que ya hay varias empresas de EE UU interesadas en las patentes de este cultivo.

Los firmantes de la carta confían en que la situación se pueda revertir. Dirk Inze, director científico del Centro de Biología de Sistemas de la Universidad de Gante y principal promotor de la iniciativa, dice que ya recibieron señales positivas del anterior equipo de la Comisión Europea y espera que el entrante pueda elaborar pronto legislación para que se apruebe en el Parlamento. “Estamos muy frustrados de tener una herramienta tan potente y no poder usarla”, reconoce.

En un discurso poco antes del final de su mandato, Vytenis Andriukaitis, comisario europeo Salud y Seguridad Alimentaria y ex cirujano cardiaco, dijo el 21 de junio: “Si seguimos así [Europa] se convertirá en el museo de la agricultura primitiva”.

Aún no ha llegado ningún vegetal modificado con CRISPR al mercado, pero los primeros podrían llegar en solo unos años, explica Esteban Alcalde, jefe de asuntos regulatorios de Syngenta, una de las mayores empresas de la industria agrícola que recientemente adquirida por una compañía China. “Todo el trabajo de investigación en edición genética que hacemos ya se hace fuera de la UE, en China y en EE UU”, reconoce. Asaja, la mayor organización de agricultores de España, también está a favor de estas prácticas “siempre y cuando lleven el aval de la Agencia Europea de los Alimentos”, explica Pedro Gallardo, vicepresidente de la organización. La normativa está restando competitividad a los productores europeos frente a países como Brasil o China, que está haciendo una gran apuesta por esta tecnología. “Este año en España se ha perdido el 38% del cultivo de cereal por la sequía y este problema va a ir a más con el cambio climático, necesitamos cultivos adaptados”, resalta. La única oposición a estas variantes viene de organizaciones minoritarias, como la Confédération Paysanne de Francia, que originó el litigio que ocasionó la sentencia del TJUE, a la que apoyan organizaciones ecologistas como Amigos de la Tierra o Greenpeace.

Copiado de Los científicos se rebelan contra la ley europea de transgénicos.

El libro que anticipa un futuro argentino

El ex canciller de Brasil Rubens Ricupero, figura venerada en Itamaraty, en su libro A diplomacia na construção do Brasil. 1750-2016, explicó que la esclavitud fue abolida recién en 1888 (a las 13 del 13 de marzo) no por voluntad de la elite nacional sino por presión de Inglaterra, que en 1834 la había abolido en todas sus colonias y exigía lo mismo al imperio portugués, con el que ya había negociado territorio en India y China, porque para mediados del siglo XIX ya la Revolución Industrial había modificado la participación del trabajo en la producción. Además, la población negra en Brasil era mayoría a diferencia de los Estados Unidos, donde era minoría.

Quizá lo mismo termine pasando en este siglo XXI con las elites del Mercosur, incluyendo a Argentina ahora: que tengan que modernizarse no por voluntad sino por imposición desde el exterior, por acuerdos como el firmado con la Unión Europea. También al revés, lo mismo puede suceder en Europa con determinados sectores como el agrícola, e indirectamente de eso se trata la última novela –titulada Serotonina– del escritor francés contemporáneo más famoso, Michel Houellebecq –como Borges, frustrado candidato al Nobel–, a quien recientemente Macron otorgó la Legión de Honor.

“Usted es visceralmente antieuropeo, yo soy el más europeo de los presidentes franceses. Lo acusan de ser reaccionario, misógino, islamófobo, mientras que yo lucho por el progresismo, los derechos de las mujeres y el rechazo de las discriminaciones”, le dijo Macron durante la ceremonia. Y el libro Serotonina refleja el pesimismo existencial de Houellebecq: la trama está ambientada en una Francia del siglo XXI avanzado, destruida y decadente porque acuerdos como el del Mercosur con la Unión Europea hicieron quebrar a todos los agricultores franceses.

El personaje de la novela de Houellebeqc es un ingeniero agrónomo que decide renunciar a su trabajo de 15 años en el Ministerio de Agricultura de Francia, luego de intentar proponer medidas de protección a los productores de su país y aceptar un puesto de consejero agrónomo en la embajada argentina en París. “Las exportaciones agrícolas argentinas se multiplicaban literalmente desde hacía algunos años en todos los sectores –comenta el personaje para sus adentros–, y eso no era todo, los expertos estimaban que Argentina, con una población de cuarenta y cuatro millones de habitantes, podría eventualmente alimentar a seiscientos millones de personas, y el nuevo gobierno, con su política de devaluación del peso, lo había entendido muy bien, esos cabrones iban a inundar literalmente Europa con sus productos, además no tenían ninguna legislación restrictiva sobre los transgénicos”.

Una protesta armada de la Confederación Campesina y de la Coordinación Rural no logra detener la inundación de alimentos argentinos. Y socavado el futuro de la agronomía francesa, junto con otros problemas personales, el ingeniero agrónomo entra en una profunda depresión que trata con un antidepresivo de última generación que segrega serotonina sin tener los efectos secundarios de los actuales antidepresivos, pero le produce otros relacionados con la inhibición de la libido que no precisan ser spoileados para esta columna, cuyo fin es geopolítico.

Houellebecq, quien trabajó en el Ministerio de Agricultura en su juventud y esos conocimientos le sirvieron para imaginar las condiciones de posibilidad del mundo por venir de su novela, se hizo famoso también anticipando el futuro, primero con su libro Plataforma, sobre un megaatentado islamista, publicado un mes antes del 11 de septiembre de 2001, y años después con su libro Sumisión, en el que narra una Francia gobernada por un islamista, impreso pocos días antes del ataque terrorista contra el semanario satírico Charlie Hebdo en enero de 2015.

En este caso, los parecidos con la realidad son los huevazos que Macron recibió al concurrir a la mayor exposición rural de Francia por su política de reducir los subsidios agrícolas y lo anticipatorio, por el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, dado que Serotonina fue escrito el año pasado.

Otras paradojas del destino donde es difícil distinguir quién imita a quién entre la realidad y la ficción las produce el Brexit, porque a los habitantes de las islas Malvinas podría llegar a convenirles pedir la soberanía argentina ya que el 94% de sus exportaciones va a la Unión Europea y, en un cruce simultáneo de la fortuna, Inglaterra saldría de ella y Argentina ingresaría con un tratado.

En cualquier caso, resulta interesante reflexionar en un fin de semana electoral como el actual sobre geopolítica y cuánto del futuro de los países no es decidido por los políticos que se eligen para gobernarlos en cada momento de la historia.

Copiado de El libro que anticipa un futuro argentino.