Kirchneristas, massistas y federales, todos con la mano en alto. El peronismo olió sangre y se ordenó detrás de una hipocresía, de un gesto populista que no solo es un golpe para debilitar al Presidente, sino también una burla a la más elemental racionalidad política, ese bien perdido que Macri está obligado a promover. Si ha de juzgarse por lo que se vio en el Senado, eso de los tres peronismos ha sido un espejismo. Sobre todo aquel que había empezado a llamarse "racional". Según parece, allí donde algunos vieron racionalidad solo había instinto de supervivencia y oficio para jugar con la credulidad del necesitado. No sorprende. Olvidamos que todos o casi todos los que se habrán sentido secretamente representados en las palabras de Alperovich estaban, hasta anteayer, aplaudiendo los arrebatos discursivos y la gestión de la ahora compañera senadora, porque de allí comían.
Copiado de ¿Dónde está el peronismo racional?
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