lunes, febrero 09, 2015

Marmota

Pero el Gobierno opta por acuerdos entre Estados con China, sin licitaciones, lo que garantiza que el precio no será el más bajo posible. ¿Para qué ser tan generoso -por decir lo menos- con el Club de París si luego no se les permite a esos países entrar en una compulsa para que presten y vendan tecnología? 
¿Por qué no hacer que vengan empresarios extranjeros, se endeuden ellos en concesiones y paguen con los resultados de las tarifas, a riesgo, en lugar de darles una garantía de rentabilidad a los chinos, que proveen desde los fletes hasta los seguros? Nadie más puede entrar en su negocio cerrado.
¿Soluciona esto el atraso cambiario, la caída de las exportaciones y la sequía de divisas que ha signado la gestión de Kicillof? Otra vez: no. Es el año de la marmota. El ministro se despierta cada mañana y está donde empezó. Como el personaje de la comedia, lo intenta todo menos cambiar de estrategia, y no importa lo que haga sigue en el mismo lugar, enfrentando siempre el mismo problema.
Copiado de Axel Kicillof, atrapado en el año de la marmota, por Jorge Oviedo.
Hace referencia a la película Groundhog Day (Hechizo del tiempo) interpretada por Bill Murray.

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