sábado, febrero 01, 2014

Mismo partido, país mismo

Mismo partido, país mismo: uno donde ya hace mucho que la respuesta del Estado a su propia ineficacia consiste en repartir nuevas limosnas; entregar pequeñas cantidades a cada vez más gente para volverlos cada vez más dependientes de su aparato de control. La fábrica de pobres que llamamos peronismo sigue a full: tiene que producirlos porque es el insumo que precisa para seguir siendo el motor del país calesita.
Aunque Fernández, que cada día está más desbocada, que cada día dice más lo que querría callar, lo dijo mejor: sus jóvenes recibiendo una limosna del Estado no son, dijo, "un programa más, sino un proyecto de vida para todos los argentinos”.
Hay palabras que dicen demasiado.
Martín Caparros en Un proyecto de vida.

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