La década relatada ha alcanzado el récord de presión impositiva en la Argentina. Nadie en la región latinoamericana se nos acerca. Ni siquiera Venezuela. A cambio no recibimos nada; ni educación, ni seguridad, ni salud pública, ni un manejo responsable de las cuentas públicas del que depende nuestro nivel de vida. A cambio sólo tenemos a funcionarios descansando en el Caribe de Fidel. Las medidas del gobierno tomadas entre el miércoles y el viernes empobrecieron de un plumazo a toda la Argentina. En la orfandad de un programa económico equilibrado encarnado por funcionarios responsables, serios y creíbles, la devaluación del peso es la confesión del fracaso de una presidente que le aseguró a la sociedad que “los que especulan con una devaluación, tendrían que esperar otro gobierno”
Carlos Mira en ¿Están contentos ahora, muchachos?
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