domingo, noviembre 06, 2011

El Festival de Kannes

Aterrizamos en Barcelona. Por razones desconocidas, la Jefa se cambió a otro avión particular, mientras los demás tuvimos que tomar un vuelo comercial a Niza. Como ninguno se había jugado a comprar dólares con las restricciones de la AFIP, no teníamos ni para la tasa de embarque. “Rechaza la AFIP el pedido de dólares de un ministro kirchnerista”, es un titular que nadie tiene margen para bancarse. Yo había llevado 600 dólares para comprarme un iPhone liberado porque Moreno, para protegernos a todos, no permite que ingresen (buenísimo, así podemos redistribuir la riqueza mucho mejor), pero me hice el dobolu. Igual, no creo que lo compre.

No es un buen momento para largar verdes. Me da cosita.

Por suerte, estaban Aníbal y los wachis que cantaron un par de temas en el aeropuerto, pasaron la gorra y, en cuanto juntamos las monedas suficientes, embarcamos. Un éxito, firmó autógrafos. Al llegar nos esperaba Tomada con un bondi para llevarnos al hotel. Nos abrazó emocionado y angustiado. No era para menos: hacía dos días que estaba en Cannes a solas con Timerman.

Si bien las reuniones del G20 fueron muy buenas, lo que más importaba era el encuentro con Obama. La Jefa estaba muy tensa. Años esperando este momento.

Atrás de ella entramos todos, incluído Aníbal que se hizo pasar por el traductor. No hacía falta.

El primer bocadillo de Obama a la Jefa fue en perfecto porteño: “Hola bebé”. Nos quedamos fríos.

Intervino Timerman: “Queremos un diálogo serio, señor Presidente. Soy el excelentísimo Señor Canciller de la República Argentina y un histórico militante de la causa nacional, popular y antiimperialista que reclama por nuestro derecho a participar en las grandes decisiones estratégicas políticas, económicas y militares”. Obama lo miró de costadito: “Tengo una idea -le dijo-, yo voy a tratar de resolver el conflicto con los iraníes y vos te ocupas del problema de Di Zeo con Mauro. ¿Qué te parece, papá?”.
Fragmento de El Festival de Kannes, artículo de Alejandro Borensztein.

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