En definitiva, los precios de mercado, que se encuentran en permanente cambio según las fluctuantes condiciones de la demanda y de la oferta de los distintos bienes y servicios, permiten un elevadísimo grado de coordinación voluntaria y mutuamente beneficiosa entre todos los agentes económicos. Como decíamos al comienzo, no es ni mucho menos una coordinación perfecta, pero sí, desde luego, una coordinación mucho mayor –sobre todo cuando se la complementa con otras instituciones espontáneas propias del libre mercado– que la que puede darse por parte del Estado, esto es, fuera del mercado. Por eso el socialismo y el intervencionismo generalizado no funcionan.Los faros del capitalismo por Juan Ramón Rallo
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